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viernes, 4 de mayo de 2012

Este mundo no existe


Me pasa mi hija este enlace a una entrevista en La Vanguardia


Lo hace por que sabe la infinidad de veces que he dicho, a ella y a toda la gente con la que he colaborado de la forma que fuere,  la frase “Este mundo no existe, sólo está en tu cabeza”
Creo fervientemente de que es así. El mundo en el que nos movemos sólo está en nuestra cabeza. Lo hemos construido, y lo vamos construyendo en base a la historia y la educación recibida, a las normas de conducta que nos han inculcado, y que aceptamos sin, o casi, sin rechistar.  Esos parámetros, todos transmitidos a través del lenguaje,  configuran nuestro mundo particular y/o colectivo.

Así es en nuestra vida, y así es en el mundo de los negocios, y, en consecuencia, en el mundo del emprendedor

Por lo tanto, y a sabiendas de lo comentado, la primera conclusión a la que podemos llegar es que este mundo lo podemos cambiar, o modelar según las necesidades o las inquietudes, actuales o futuras, que podamos tener cada uno de nosotros.

Otra conclusión a la que podemos llegar es que como el mundo es maleable, nosotros somos los rígidos de esta historia. Somos nosotros los que ponemos los límites. Y puedo asegurar que traspasarlos no comporta castigo divino alguno.

Si dejamos la rigidez de nuestro comportamiento de lado, nuestro mundo se transforma. Se hace  más amplio, más cómodo, y aparecen  ante nosotros muchas más oportunidades de toda índole.

Cómo decía Hernán Guerrero, un magnífico entrenador en cuyas manos tuve la suerte de caer hace ya algunos años, el emprendedor es una persona que rompe el sentido común. Por lo tanto, es una persona que reconfigura su mundo, y lo hace, la mayoría de las veces, tomando decisiones de la nada.

¿Dónde está el límite?  En la moral, la ética y el respeto a los demás. En todo lo otro, tenemos manga ancha


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