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miércoles, 25 de julio de 2012

Ideas y Foros


En la última entrada comenté el tema de la emigración, latente en varios foros en los que participo. En esos mismos foros, hay otro tema que me llama mucho la atención.

Hay mucha gente que solicita ideas para montar algún negocio. La cosa está bien, porque se piden ideas, y, a la vez que estas, aparecen de inmediato experiencias directamente relacionadas con las propuestas. Digo que está bien, al menos a mí me lo parece, porque las ideas son evaluadas de inmediato. Además, aparecen foreros que cuentan su experiencia en el negocio que se propone.

Por supuesto, y cómo siempre pasa, hay más comentarios de gente que fracasó, o que no cumplió las expectativas esperadas, que comentarios de gente a las que les va bien.

Eso forma parte del estilo de nuestra comunidad. Casi siempre preferimos buscar las pegas, o, al menos, sacar la parte negativa a las propuestas e ideas de los demás, aunque no tengamos ni idea de lo que es, y, sobretodo, si hemos fracasado en ese mismo negocio, deseando que otro no pueda triunfar en él, y escondiendo los motivos del fracaso, que pueden ser muchos y variados, y, por supuesto, valiosos para quien está dispuesto a intentarlo.

Lo que me más me gusta de todo esto es que, ante la crisis galopante y las malas perspectivas para encontrar trabajo, la gente se mueve, y está dispuesta a arriesgarse y montar algún negocio para ganarse las garrofas. Eso es bueno.

Hay negocios que son un éxito para unos, y un fracaso para otros. Puedo decirlo de otra forma. Hay negocios que funcionan con unas personas, y con otras no. ¿Curioso?, no, normal. No todos somos iguales, afortunadamente, ni tenemos la misma educación, ni nos movemos en los mismos entornos, y por lo tanto la visión  para los negocios es diferente. También el punto de “rendición”. Se dice que “fracasas cuando te rindes”. Es cierto.

Volviendo a los foros, es evidente que ante una idea de negocio, por modesta que sea, son un medio muy interesante para hacer una primera aproximación a su viabilidad. Vale la pena exponerla y leer los comentarios de la gente. Seguro que habrá más de uno que se convertirá en una referencia importante para tomar la decisión de tirar adelante, o no, nuestra idea. Además, nos ayudará a reducir el riesgo de fracaso. 

miércoles, 18 de julio de 2012

Emigrar


Hace tiempo que veo en las noticias que los españoles están emigrando. Sobre todo la gente de entre 20 y 40 años (leo hoy).

También en algunos foros en los que participo, más como observador que otra cosa,  la gente joven sólo hace que hablar de “pirarse”. Algunos de los que ya están fuera son interrogados de forma exhaustiva sobre el devenir de su aventura, sobretodo, laboral. Por lo que explican, son gente muy preparada,  que habla algún idioma, y muchos, del sector de la hostelería. Sobre todo los que están ganándose las habichuelas por Asia.

Todos los que ya están fuera son inquisidoramente preguntados para saber de primera mano las posibilidades de los países de destino, o, mejor, qué país es el más adecuado para emigrar según la profesión o estudios de cada cual.

No me extraña.

La situación aquí pinta bastante negra. El gobierno, con la subida de impuestos y demás medidas no está poniendo las cosas fáciles ni a los empresarios, ni a los emprendedores, ni a la gente que necesita trabajo, que es mucha. Está claro que, como dice un amigo mío, después de la tormenta siempre viene la calma. Pero esta tormenta es, no cabe la menor duda, a largo plazo. Y la gente tiene derecho a emprender las acciones que crea oportunas para ganarse la vida, y labrarse un futuro, por lo que busca entornos más propicios.

Lo de emigrar para el español no es nuevo, como todo el mundo sabe. Y han sido varias las épocas en las que nos tocó buscar y descubrir nuevos mundos. Las situaciones de cada uno de esos momentos fueron provocadas por diversas y diferentes causas, pero la motivación de la gente para emigrar siempre fue, y sigue siendo, la misma. El derecho a una vida mejor. Es universal. Por lo tanto, todos los pueblos emigran por la misma razón. Los españoles también.

No quiero entrar en si la emigración es buena o mala para un país. Pero tengo claro que la persona que emigra de cualquier país del mundo a otro país que no es el suyo, sean en las circunstancias que sean, es un verdadero emprendedor. Un emprendedor valioso.

También lo es la gente que arriesga su vida en una patera, en los bajos de un camión, o que duerme en un parque a la caza de una oportunidad para prosperar. Para ellos pido respeto. El mismo respeto que espero que encuentren nuestros jóvenes allá dónde los lleve el destino.   

lunes, 9 de julio de 2012

EBAY


Soy usuario de eBay. Principalmente como comprador. No soy un tremendo comprador, pero voy haciendo. Es una plataforma a la que acudo ante la oportunidad que me brinda de comprar en, prácticamente, todo el mundo.

Una de mis últimas compras ha sido un recambio para el coche, que encontré en Tailandia a menos de la mitad de precio que aquí. También he comprado un walkie talkie en Hong Kong, ha precio irrisorio, aún pagando las tasas de aduanas, y de calidad razonable.

Mi hermano mayor, cuyo hobbie es reconstruir coches históricos, también hace uso de eBay de forma habitual, comprando recambio nuevo o usado por toda Europa, principalmente en el Reino Unido. Y de forma totalmente satisfactoria como yo.

La plataforma funciona, por lo menos basándome en mi experiencia.

Creo que una de las razones por la que funciona bien es el hecho de que, tanto vendedor como comprador, se califican el uno al otro una vez finalizada la transacción. Tremendo acierto.

Cuando he comprado algún artículo, compruebo, con satisfacción, cómo en el primer mensaje del vendedor, aparece un párrafo en el que dice que quiere ser calificado con cinco estrellas (el modo de calificar en la página va de una a cinco), y que si a la recepción del producto hay algún problema, que contacte con él antes de calificar  de forma negativa la transacción. Por supuesto, esto se hace para que la reputación del vendedor sea positiva, que es la única manera de vender mucho y bien en un entorno muy competitivo. Por lo tanto, cómo siempre, la confianza a la hora de la compra y la venta se basa en la reputación de los intervinientes. Como comprador me interesa tener buena reputación (pago rápido, comunicación, etc.) para que me vendan, y como vendedor me interesa tener la mejor reputación (comunicación, producto, envío, etc.) para generar confianza y que la gente me compre.

Pero ¿este sistema se la inventado eBay? No, este sistema es el que funciona desde tiempos inmemoriales, desde que existe el comercio.

Como compradores y vendedores que somos, siempre evaluamos las transacciones que hacemos. El resultado de esas evaluaciones nos genera confianza en caso positivo y desconfianza en caso negativo. O sea, según cómo resulten seguimos comprando (o vendiendo).

Con todo esto quiero decir que las evaluaciones públicas que vemos en eBay, y que nos generan la confianza suficiente para comprar, o la desconfianza para descartar a ese vendedor, es una práctica que hacemos siempre. La diferencia es que como son tan evidentes, el vendedor en eBay está dispuesto a solucionar lo que sea con tal de que su reputación no sea negativa.

¿Por qué no hacemos lo mismo en los negocios de la calle? ¿Por qué, sabiendo que nuestra reputación es la que nos hace vender, no estamos dispuestos a solucionar los problemas que surgen día a día? ¿Es porque la reputación en los negocios no virtuales no es pública? ¿Por qué no entablamos relaciones sinceras con los clientes? ¿Por qué se vende gato por liebre?