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lunes, 9 de julio de 2012

EBAY


Soy usuario de eBay. Principalmente como comprador. No soy un tremendo comprador, pero voy haciendo. Es una plataforma a la que acudo ante la oportunidad que me brinda de comprar en, prácticamente, todo el mundo.

Una de mis últimas compras ha sido un recambio para el coche, que encontré en Tailandia a menos de la mitad de precio que aquí. También he comprado un walkie talkie en Hong Kong, ha precio irrisorio, aún pagando las tasas de aduanas, y de calidad razonable.

Mi hermano mayor, cuyo hobbie es reconstruir coches históricos, también hace uso de eBay de forma habitual, comprando recambio nuevo o usado por toda Europa, principalmente en el Reino Unido. Y de forma totalmente satisfactoria como yo.

La plataforma funciona, por lo menos basándome en mi experiencia.

Creo que una de las razones por la que funciona bien es el hecho de que, tanto vendedor como comprador, se califican el uno al otro una vez finalizada la transacción. Tremendo acierto.

Cuando he comprado algún artículo, compruebo, con satisfacción, cómo en el primer mensaje del vendedor, aparece un párrafo en el que dice que quiere ser calificado con cinco estrellas (el modo de calificar en la página va de una a cinco), y que si a la recepción del producto hay algún problema, que contacte con él antes de calificar  de forma negativa la transacción. Por supuesto, esto se hace para que la reputación del vendedor sea positiva, que es la única manera de vender mucho y bien en un entorno muy competitivo. Por lo tanto, cómo siempre, la confianza a la hora de la compra y la venta se basa en la reputación de los intervinientes. Como comprador me interesa tener buena reputación (pago rápido, comunicación, etc.) para que me vendan, y como vendedor me interesa tener la mejor reputación (comunicación, producto, envío, etc.) para generar confianza y que la gente me compre.

Pero ¿este sistema se la inventado eBay? No, este sistema es el que funciona desde tiempos inmemoriales, desde que existe el comercio.

Como compradores y vendedores que somos, siempre evaluamos las transacciones que hacemos. El resultado de esas evaluaciones nos genera confianza en caso positivo y desconfianza en caso negativo. O sea, según cómo resulten seguimos comprando (o vendiendo).

Con todo esto quiero decir que las evaluaciones públicas que vemos en eBay, y que nos generan la confianza suficiente para comprar, o la desconfianza para descartar a ese vendedor, es una práctica que hacemos siempre. La diferencia es que como son tan evidentes, el vendedor en eBay está dispuesto a solucionar lo que sea con tal de que su reputación no sea negativa.

¿Por qué no hacemos lo mismo en los negocios de la calle? ¿Por qué, sabiendo que nuestra reputación es la que nos hace vender, no estamos dispuestos a solucionar los problemas que surgen día a día? ¿Es porque la reputación en los negocios no virtuales no es pública? ¿Por qué no entablamos relaciones sinceras con los clientes? ¿Por qué se vende gato por liebre?

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