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martes, 10 de abril de 2012


¿Vivir con preguntas?

Hace unos años asistí, en San Francisco,  a un seminario sobre habilidades directivas y emprendimiento impartido por Fernando Flores, ministro de economía en el gobierno de Salvador Allende en Chile. Fernando, después del golpe y tras tres años de cárcel se exilió en California y se convirtió en un especialista en biología del conocimiento y en un exitoso gurú empresarial un tiempo después, para acabar de nuevo en la política chilena como senador.

En aquel seminario asistimos emprendedores de varias nacionalidades, especialmente chilenos y españoles.

Al final de una de las jornadas, nos juntamos con varios de los emprendedores de chile y nos fuimos a cenar a China Town. Cuando volvíamos al hotel, uno de los chilenos, no recuerdo el nombre, me dijo algo que, (en aquél momento no), me marcó para siempre.

“El problema de los españoles es que viven con respuestas en vez de vivir con preguntas”.

Por supuesto, y como buen español (por lo de las respuestas), pensé que estaba loco. Pero la frasecita caló en mí profundamente.
Pensando en ella me dí cuenta de que mi amigo chileno tenía mucha razón. Y para demostrarlo os animo a observar vuestro entorno.

Es verdad, todo el mundo tiene respuesta para todo.

Para lo que sabe, y para lo que no sabe. Y sobre todo, para justificar lo que va aconteciendo, por voluntad propia o no, a todos los niveles.
Cuando compartes una idea, un proyecto, un anhelo o lo que sea, la gente tiene mil respuestas para justificar, sobre todo, por qué no funcionará. Y normalmente fundadas en la nada. (¿Cómo van a estar correctamente fundadas sin pregunta previa?)
El tiempo me ha enseñado que, efectivamente, vivir con respuestas es, normalmente, un problema grave.

Entonces.. ¿Es mejor vivir con preguntas?

Indiscutiblemente SI.
Las preguntas nos ayudan a encontrar el camino, no sólo en el mundo de los negocios, también en todo lo demás.

¿Por qué quiero hacer esto?
¿Qué tengo que hacer para que pase?
¿Qué oferta soy para el mercado?
¿Por qué me van a comprar a mí y no a otros?
¿Por qué dices eso?

Estas son algunas de las preguntas que me hago continuamente. Con las que vivo. Hay muchísimas más, pero estas especialmente me ayudan en los proyectos, y son preguntas que obligo a  hacerse a la gente que me pide ayuda en el mundo de la empresa.

¿Cuántos proyectos no acabarían fracasando si  nacieran en un entorno de preguntas?


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