¿Vivir con preguntas?
Hace unos años asistí, en San Francisco, a un seminario sobre habilidades directivas y
emprendimiento impartido por Fernando
Flores, ministro de economía en el gobierno de Salvador Allende en Chile.
Fernando, después del golpe y tras tres años de cárcel se exilió en California
y se convirtió en un especialista en biología del conocimiento y en un exitoso
gurú empresarial un tiempo después, para acabar de nuevo en la política chilena
como senador.
En aquel seminario asistimos emprendedores de varias
nacionalidades, especialmente chilenos y españoles.
Al final de una de las jornadas, nos juntamos con varios de
los emprendedores de chile y nos fuimos a cenar a China Town. Cuando volvíamos
al hotel, uno de los chilenos, no recuerdo el nombre, me dijo algo que, (en aquél
momento no), me marcó para siempre.
Por supuesto, y como buen español (por lo de las
respuestas), pensé que estaba loco. Pero la frasecita caló en mí profundamente.
Pensando en ella me dí cuenta de que mi amigo chileno tenía
mucha razón. Y para demostrarlo os animo a observar vuestro entorno.
Es verdad, todo el mundo tiene respuesta para todo.
Para lo que sabe, y para lo que no sabe. Y sobre todo, para
justificar lo que va aconteciendo, por voluntad propia o no, a todos los
niveles.
Cuando compartes una idea, un proyecto, un anhelo o lo que
sea, la gente tiene mil respuestas para justificar, sobre todo, por qué no
funcionará. Y normalmente fundadas en la nada. (¿Cómo van a estar correctamente
fundadas sin pregunta previa?)
El tiempo me ha enseñado que, efectivamente, vivir con
respuestas es, normalmente, un problema grave.
Entonces.. ¿Es mejor
vivir con preguntas?
Indiscutiblemente SI.
Las preguntas nos ayudan a encontrar el camino, no sólo en
el mundo de los negocios, también en todo lo demás.
¿Por qué quiero hacer
esto?
¿Qué tengo que hacer
para que pase?
¿Qué oferta soy para
el mercado?
¿Por qué me van a
comprar a mí y no a otros?
¿Por qué dices eso?
Estas son algunas de las preguntas que me hago
continuamente. Con las que vivo. Hay muchísimas más, pero estas especialmente
me ayudan en los proyectos, y son preguntas que obligo a hacerse a la gente que me pide ayuda en el
mundo de la empresa.
¿Cuántos proyectos no
acabarían fracasando si nacieran en un entorno de preguntas?
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